Aprendiendo a sobrevivir de lo minúsculo

01 febrero 2007

DE AGUJERITOS...


Mi último día de trabajo en la Residencia fue mortal de necesidad: - un tirón de cuello al intentar levantar yo sola (porque la que lo tiene que hacer dice que no puede) a un abuelo de unos 100 kilos. - trabajando de 14 a 17 (mis horas de descanso), mientras la que tiene que trabajar está tranquilamente comiéndose una lasaña - un abuelo llorando porque dice que es injusto que me vaya cuando más me necesitan (yo creo que lloraba porque sabía que a partir del día siguiente iría la otra sola (más conocida por los abuelos como "la ligera" porque siempre está corriendo para todos lados pero nunca hace nada) y eso significa: esperar más de 1 hora para que te de una toalla, para que te cambien de pañal, para cenar una sopa aguachirri sosa, etc - y... el hijo de un abuelo diciendo que quiere conocerme, que le gusto mucho y dándome una carta de amor y un regalo ¡UN TANGA ROJO CON BORDADOS! Total, ya os podeis imaginar, a las 20:10 sali corriendo cuesta abajo (por eso y porque se me escapaba el autobus, jejej)